Contexto
El talco (CAS No. 14807-96-6) es un silicato de magnesio hidratado en polvo, que a veces contiene una pequeña cantidad de silicato de aluminio. Es un mineral natural frecuentemente encontrado en cosméticos como polvos corporales y rubores. Aunque muchas personas entran en contacto con el talco a través de productos como polvos para bebés y maquillaje, la mayor exposición asociada a este ingrediente generalmente ocurre durante las etapas de minería, procesamiento o fabricación del talco. Este ingrediente está actualmente regulado bajo la entrada 59 del Anexo III del Reglamento Europeo de Cosméticos 1223/2009 (Lista de las sustancias que no podrán contener los productos cosméticos salvo con las restricciones establecidas).
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), una división de la Organización Mundial de la Salud, se dedica a coordinar y llevar a cabo investigaciones sobre las causas del cáncer en humanos, los mecanismos de carcinogénesis y a desarrollar estrategias científicas para el control del cáncer.
¿Qué hay de nuevo?
La IARC ha reclassificado recientemente el talco como “probablemente carcinogénico para los seres humanos” (Grupo 2A) para todas las formas que no contienen asbesto (amianto) o fibras de asbesto. El talco que contiene asbesto no ha sido reevaluado y continúa clasificado como carcinogénico (Grupo 1).
Numerosos estudios han mostrado un aumento en el riesgo de cáncer de ovario entre las mujeres que utilizan polvo corporal en la zona perineal. Sin embargo, el grupo de trabajo de la IARC concluyó que no se pudo establecer una asociación causal definitiva, ya que el aumento del riesgo podría explicarse potencialmente por la contaminación del talco con asbesto (que ya ha sido documentada) o por sesgos derivados de las metodologías de los estudios.
En consecuencia, la IARC ha elevado la clasificación del talco de “posiblemente carcinogénico para los seres humanos” a “probablemente carcinogénico para los seres humanos” (del Grupo 2B al Grupo 2A). Esta nueva clasificación se basa en evidencia limitada en humanos, evidencia suficiente en estudios con animales y datos mecanicistas robustos en células primarias humanas y sistemas experimentales.
Este cambio puede tener implicaciones significativas para la industria química, especialmente en el marco de la Proposición 65 de California (Prop 65 o Ley de Agua Potable y Sustancias Tóxicas de 1986), que exige que las empresas adviertan a los consumidores sobre exposiciones significativas a productos químicos conocidos por causar cáncer, defectos de nacimiento u otros daños reproductivos.